sábado, 26 de marzo de 2011

Capitulo VII: El milagro a Don Andrés de León

De acuerdo a referencias escritas de siglos pasados, el nombre de Don Andrés de León, aparece entre los años 1970 y 1971. Este buen hombre era un humilde vecino de la parroquia de San Sebastián y en su diario andar, tenía que pasar constantemente por la zona de Pachacamilla y contemplar la hermosa y solitaria imagen del Cristo Crucificado; poco a poco le fue guardando especial devoción, llevando con suma humildad y fe, labores de aseo, limpieza y de algunos pequeños arreglos del lugar, dado que la imagen empezaba nuevamente a ser visitada y venerada por vecinos de la zona. Don Andrés, padecía de terribles dolores debido a un tumor maligno en el cerebro que los médicos no habían podido curar; pero abrazado a su fe y devoción, rogaba fervientemente al Señor cura para su mal, siendo escuchado y aliviado totalmente de sus males. Al comentarse con amigos y vecinos, sobre este feliz y milagroso acontecimiento, la concurrencia al lugar en donde se encontraba el Cristo de Pachacamilla, aumento considerablemente; dentro de los fieles creyentes, predominaba la gente de color, los cuales empezaron a reunirse en Cofradía, para tributarle sus homenajes y rezos al Cristo.

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