sábado, 26 de marzo de 2011

Capitulo: - Sor Antonia Lucia del Espirítu Santo

1. Nacimiento y Trayectoria Nacida en Guayaquil en 1646, la Madre Antonia Lucía del Espíritu Santo, quien había fundado en el Callao un Beaterio, al que denominó Colegio de Nazarenas, el mismo que fracasó ante las excesivas exigencias de sus donantes. Luego se traslada a Lima a la zona de Pachacamilla que le dejó como herencia Don Sebastián de Antuñano donde incluía la bendita efigie del Señor, para ser más precisos donde actualmente se levanta el Santuario. Y funda el Beaterio y posteriormente Monasterio de las Nazarenas, quedando adscrito al Santo Cristo prometiendo su guarda y custodia para siempre. 2. Su enfermedad Luego de 7 años de servicio religioso en el Santuario del Santo Cristo de los Milagros, la Madre Antonia, y contando con 63 años de edad, cayó seriamente enferma, no pudiendo los médicos que la trataban, dar con el mal que la aquejaba. A pesar de su enfermedad, no dejo de lado el riguroso régimen de penitencias, ayunos y disciplina; al agravarse, sufría de indecibles dolores, oyendosele aclamar:…”gracias a Dios…hagase la voluntad de Dios”. 3. Fallecimiento El 17 de Agosto de 1709 y siendo las 2 de la tarde, estando presentes sus hermanas y el Doctor Galvan, después de colocarse la mantilla en su cabeza la cual le cubría todo el cuerpo, se puso de pie rápidamente y sin que nadie le ayudará a levantarse extendió sus brazos en cruz, fijo su mirada en el cielo y puso un pie sobre el otro, “estuvo asi como 15 minutos, ya en su última agonía y con la mente puesta en Jesús Crucificado, dío dos boqueadas y expiro”…”quedo de pie ya muerta y una hermana la sujeto por la espalda para sostenerla y luego se fue inclinando suavemente el cuerpo de la difunta sin bajar los brazos ni apartar los pies y se recostó su cabeza sobre la almohada”… 4. Hechos sucedidos a su muerte Según relato de Sor Josefa (quien fuera designada posteriormente como Superiora del Beaterio), velaban sus restos entre otros, su fiel amigo y protector Don Sebastian de Antuñano y gran cantidad de público, cuando para asombro de todos entre las 10 y 11 de la noche, el cuerpo de Sor Antonia, extendío de repente sus brazos en Cruz, con los dedos unidos en los extremos y curvados hacia las palmas de las manos; asombrados los volvieron a colocar a su posición normal pero este prodigío se repitió varias veces, al cabo de un rato, estando nuevamente en cruz, bajo su brazo derecho hacia el mismo con los dedos estirados y su brazo izquierdo lo descanso sobre su corazón. Su cuerpo fue velado por espacio de cuatro días, y durante el transcurso de los mismos, personas tullidas que entraban cargados salierón caminando normalmente, enfermos que sanaron y un sacerdote que padecía de sordera, milagrosamente volvío a oir. Al tercer día, llego un cirujano y le hizo una incisión en la frente y de la herida mano profusamente linfa y sangre. El día de su entierro, su cuerpo fue vestido con hábito y capa sobre una frazada doblada 6 veces dentro de un féretro, aún así la sangre continuo brotando y mancho los hábitos de los sacerdotes de La Merced que cargarón el ataúd hasta su sepultura. 5. Sor Josefa Al morir la Madre Antonia, el Beaterio designa como superiora a Sor Josefa de la Providencia quien, tras 18 años de lucha, consiguió que en 1720 el rey de España, Felipe V, y el Papa Benedicto XIII, en 1727, otorgaran la licencia y aprobación para la fundación del Monasterio de las Nazarenas y su transformación en el monasterio de clausura agregado a la Orden de las Carmelitas Descalzas, quedando oficialmente inaugurado el Monasterio el 11 de marzo de 1730.

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