Capitulo III: Las Cofradías

Muchos de los integrantes de las diferentes castas, que eran traidos como esclavos, estaban organizados e integraban Cofradías, las cuales eran agrupaciones de unos cien miembros en promedio, estando a cargo de una capilla o retablo en las cuales rendían culto y adoración a distintas imágenes o santos, reuniéndose periódicamente en forma comunitaria. Dichos actos litúrgicos les recordaban su libertad y entonaban con nostalgia, antiguos cantos nativos en su lengua original. Su organización consideraba a un Mayordomo o Caporal que los dirigía, tenían una Directiva a la que denominaban “los veinticuatro” por el número de miembros que la integraban. Sus locales también eran utilizados para realizar en ellos bautizos, reuniones y velatorios; asímismo se ocupaban de sus enfermos y eran muy preocupados de que todos tuvieran un entierro decente, para lo cual aportaban pequeñas cuotas de cofrades; muchas veces ayudaban económicamente a que alguno de sus integrantes, pudiese obtener (comprar) su libertad.